Oscars 2018: «Tres anuncios por un homicidio», los problemas de la ira

Pese a espectaculares actuaciones con un desarrollo más que interesante, Tres Anuncios se pierde en su propia indecisión y nos quedamos con un drama superfluo y una violencia descomunal que genera desconcierto.

La película está nominada a: Mejor Película; Mejor Actriz (McDormand); Mejor Actor de Reparto (Harrelson y Rockwell); Mejor Guion Original (McDonagh); Mejor Banda Sonora; Mejor Montaje.

Sinopsis:

Mildred Hayes (McDormand), es una mujer divorciada resentida de todo, especialmente de la Policía de Ebbing, Missouri, por no poder nunca esclarecer la muerte -y posterior violación- de su hija Angela. Casi 6 meses después, consigue un modo bastante incómodo para reclamar dicha indiferencia: Pondrá en 3 vallas publicitarias «Violada mientras moría»; «Todavía ningún arresto»; «¿Cómo va Jeff Willoughby?» (Harrelson) que reactivará el caso y conseguirá el enojo de varios ciudadanos en su contra.

Ficha General:

Dirección: Martin McDonagh.

Guion: Martin McDonagh.

Reparto:

  • Frances McDormand es Mildred Hayes.
  • Sam Rockwell es Jason Dixon.
  • Woody Harrelson es Bill Willoughby.
  • Abbie Cornish es Anne Willoughby.
  • Peter Dinklage es James.
  • Lucas Hedges es Robbie Hayes.
  • Caleb Landry Jones es Red Welby.

El propio McDonagh ha dicho que su película es difícil de digerir por su contenido desagradable y salvaje. Sin dudas, es difícil, pero mis razones son distintas. La gran favorita a los Oscar me agradó bastante poco y no por su propuesta inicial. Para gustos, colores, y mi explicación sea satisfactoria.

Con ustedes, el contexto: Un pueblo de, por decirlo rápido, ignorantes, donde los golpes son la solución a todo. Sabiendo esto, al parecer no se necesitan demasiadas explicaciones para comprender lo que está ocurriendo. Hay que suponer que tantos abusos, atropellos, desmanes y demás están sustentados en esta teoría. En teoría, suena bien.

¿Soy el único que ve exagerado lo de los carteles? -Ya no te hacen lucir nada bien USA ¿verdad?- Las animaladas de los personajes giran en torno a tres carteles incómodos -nada más que eso, ni siquiera usa groserías- en una ruta casi en desuso -según el propio dueño de la cartelera- y, aún así, es el eje de la historia. El caso de violación que denuncia la madre está siempre en un muy sospechoso olvido por parte de la aburrida y racista estación de Policía que ¡nunca hace nada! y, teniendo pruebas de adn, nunca han estado ni cerca de atrapar al asesino y violador. Si usted busca una película con licencias creativas, esta las tiene.

El guion, además de hoyitos menores -personajes sin fondo, escenas innecesarias, etc- tiene dos problemas: Uno, el hecho denunciado -y por tanto, la trama- nunca te ha llevado muy lejos de donde empezó, se estanca y sus vueltas, aunque llenas de acción, son vanas; y dos, existe un muy desbalanceado contubernio de thriller policíaco y, si se quiere, neowestern –Ojalá sea como Hell or High Water en ese sentido- y un drama bastante… inoportuno (por no decir incoherente). Tenemos entre la furia interna de los personajes, momentos de sensibleria que no se llegan a comprender. La escena con el cameo del ciervo digital de TWD es prueba de ello, o los exabruptos del exmarido, que entra a la casa, vuelca una mesa y el hijo lo amenaza con un cuchillo. Y qué decir del «violador» que sin explicación, entra en la obra. Casi de la nada, sale la parte «emotiva» de una cinta que no debería una pizca de corazón, al menos en la propuesta.

No todo está perdido, si me lo preguntan. Si hay algo brillante a destacar, es sin duda el reparto. La maravillosa Frances es, sin dudas, la clara favorita al Oscar. Pese al desequilibrio emocional de la película, este nunca llega a ella, porque su rudeza y sus momentos del corazón son espectaculares en todo momento. Sam Rockwell es uno de los actores secundarios -que de secundario tiene nada- con mejor desempeño de los últimos tiempos. Un personaje odiable, idiota, racista -que tampoco tiene nada de racista salvo las frases que recibe de otros cuando le dicen «racista»- hasta un cambio brusco -no redención- que lo lleva a un final con la protagonista que… bueno, basta decir que flojo es un buen sinónimo.

Otra buena mención merece el rol de Woody Harrelson. Un personaje que mientras permanece en pantalla, es una subtrama interesante y que, pese al desconcierto inicial -¿Es bueno o malo?-, termina emocionando e hilando todo lo relacionado a su participación. Y es desde su salida, justamente, donde la película se desdibuja y entramos en una maraña de humor negro, intentos de misericordia entre tanta furia y, muchas, muchas groserías.

¿Es malo el largometraje? La verdad, no. Ofrece actuaciones memorables donde cualquier premio es justificable. ¿Es la mejor del 2017? No podría aceptarlo. Muchas licencias, momentos dramáticos fuera de tono y, si faltaba agregar una historia indecisa entre un drama emocional y un thriller policial irreverente y agresivo. Una película de buenos momentos, pero no para tantos premios y menos para los Oscar.

Calificación: 6,7/10.

Victor Miguel Duarte Ovejero.

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